De la misma forma en que el enseñar historia requiere de involucrar a los asistentes al curso con anécdotas, reseñas y ejemplos, la química también requiere describir el proceso de transformación química como un suceso entre personas. Dicho de otra forma, una reacción química puede describirse como la pelea entre un padre y un hijo, el proceso de enamoramiento de dos personas, los pensamientos de un esquizofrénico frente a la posibilidad de cruzar una avenida, etc. Sin embargo, no es trivial desarrollar historias que describan adecuadamente un proceso químico, la mayoría de las historias que se proponen tienden a ser deficientes, no logran involucrar toda la información que se desea. A partir de lo anterior surge la necesidad de desarrollar el arte de enseñar las transformaciones químicas, de la manera más simple, pero manteniéndose apegados a los hechos científicos.
Cuando me enseñaron química por primera vez quedé honestamente confundido. No es de extrañarse, una clase que consiste en dictar el contenido de un curso no es considerado enseñar. Luego me encontraba con personas que sobresimplificaban las cosas, parecía que con el tiempo les crecía la flojera y terminaban enseñando como si contaran una telenovela mal. Ahí está la causa del problema, algún día quedaron fascinados por la telenovela pero de tanto contarla se aburrieron. Por esto es necesario desarrollar el arte. ¿Qué pasaría si un cantante se aburre de interpretar la misma canción en el primera vez de una gira que durará un año? Fracasará tarde o temprano.
Me acuerdo bien cuando, después de leer bastante y participar en grupos de discusión científica logré pensar como químico. Es asombroso como puede distinguirse a un químico de científicos de otras áreas. Podría describirlo como un proceso de pensamiento flexible y altamente creativo que primero permite autoenseñarse de la manera más fácil y posteriormente, describirlo desde otro punto de vista igual de simple a los demás.
Es importante aclarar que las personas de esta área no se preparan específicamente para enseñar como un profesor a cargo de una clase. A pesar de esto, es indispensable que desarrollen habilidades para comunicar, los avances de sus investigaciones por ejemplo, con alta formalidad científica y con claridad extraordinaria.
Algunos combinan las habilidades de hablar en público con las de un químico y se vuelven verdaderos comunicadores. Una vez logrado esto, si estas personas logran establecer un método para comprobar que las personas que les escuchan han entendido, entonces se han convertido en profesores. Puesto de esta forma parece un proceso bastante lógico y predecible pero no deben olvidar que este es mi punto de vista. Al final, pasar de comunicador a profesor no es algo que todos deseen hacer. Desarrollar un método continuo para evaluar a las personas asistentes a un curso no es fácil para todos. Creo que la mejor manera de saber que posees de manera intuitiva esta habilidad es dar un curso y que al final, sin pedirlo, te digan "Por fin entendí que es un puente de hidrógeno. ¿Esto mismo es lo que sucede con los icebergs que flotan en el agua? ¿Por qué el ácido sulfhídrico no ebulle a 100°C como el agua?". Esto representa para mí una persona que ha quedado involucrada con el curso y más importante, ha entendido. Interesantemente, y sin buscarlo intencionalmente, esto ha venido sucediendo en todos los cursos que he enseñado.
Una vez que se identifican las habilidades para enseñar es necesario desarrollarlas continuamente. Esto es para mí sumamente divertido. Comienzo con la pregunta "¿De qué otra forma podrán demostrar que entendieron?" y surgen una gran cantidad de formas que finalmente puestas en práctica, resultan contundentes. Asimismo, interpretar la canción de "La electronegatividad de Pauling" no me ha cansado en todos estos años porque cada vez que la canto uso nuevos acordes y untempo distinto. Termina siendo una pieza a la medida que se adapta a el estado de ánimo de los asistentes y el mío en cada ocasión. Esta es la forma en que practico el arte de enseñar química.
M. en C. Oscar Elizalde
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